Desde el punto de vista de la tradición es incuestionable el importante papel que la mujer ha desarrollado durante siglos, como transmisora de la herencia sonora. La mujer es fuente de las primeras experiencias musicales que reciben los niños. La mujer como conocedora de la cultura popular va difundiendo su comprensión de la riqueza popular a nuevas generaciones, a través de la tradición oral; reforzando los lazos con la comunidad, conformando su idiosincrasia, fortaleciendo su patrimonio sonoro.
A través del toque de sus postizas el son de la malagueña imprime movimiento; con la pandereta marca el ritmo de la jota; y con su voz dulce y delicada ensalza cada una de las coplas de la malagueña murciana. La mujer es la portadora del arte inmaterial de la música y el baile popular, es la encargada de dar luz y color con sus movimientos a cada una de las piezas del repertorio cuadrillero.
En las últimas décadas podemos sentirnos orgullosos de ver como la mujer participa de forma activa en las cuadrillas de música tradicional y en las campanas de auroros de la Región de Murcia. Durante siglos su presencia estuvo relegada a participar en los bailes efectuados con motivo de las fiestas o rituales navideños, siendo nula su presencia en las cuadrilleras de ánimas. El tiempo va cambiando y las nuevas generaciones del folklore murciano sienten por igual. La presencia de la mujer en el baile, en la ejecución de una malagueña o una jota, o en el toque de las postizas y el pandero, es un logro para todos los que amamos y sentimos este arte inmaterial llamado Folklore.
Archivo sonoro: Tomás García Martínez.
Las mujeres cuadrilleras interpretan los géneros de la música tradicional apoyadas en la guitarra española, el guitarro, la guitarra de ánimas, los platillos o el pandero, sin olvidar la dulzura de sus voces y la sensibilidad que imprimen en cada una de las coplas por jota, seguidilla o malagueña.
Texto: Tomás García Martínez
Fotografía: Francisco Navarro, Tomás García, Gabriel Gallego
Archivo sonoro: Tomás García